Este viernes 19 de julio las manifestaciones contra el gobierno siguieron siendo numerosas por todo el país. Lo más llamativo y escandaloso es la casi total ausencia de información de la inmensa mayoría de los medios de comunicación social del país. Esta actitud es una traición frente a su misión de informar verazmente lo que pasa en el país y un atropello mayor a los derechos a la información de los ecuatorianos. Solamente en los gobiernos dictatoriales pasa esta clase de desinformación y de conculcación de derechos humanos.
Llaman efectivamente la atención las manifestaciones generalizadas en todo el país. Por supuesto hay que reconocer que no todas son masivas, pero sí es masivo su número. Esto confirma el descontento y la desesperación en la que se encuentra una gran mayoría de ecuatorianos. El desempleo es la mayor catástrofe actual y cada semana gentes del gobierno confirman que los despedidos van a seguir, justificándolos por la búsqueda de un equilibrio financiera que, por supuesto, favorece a todo el país: el cuento de siempre. Alguien hacía notar que quiénes están despedidos son siempre los que tienen los sueldos más bajos: ¿por qué no se toca a los que tienen sueldos altos? De esta manera se lograría más eficazmente el tan deseado ‘equilibrio financiero’.
El descontento generalizado es también contra la persecución que está sufriendo en este momento el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Se está afirmando que este CPCCS tendría un 73% de apoyo ente los ecuatorianos. Los más acérrimos opositores al CPCCS son la mayoría derechista de la Asamblea legislativa. La insensatez de esta persecución al CPCCS salta a la vista. Apenas tiene semanas de estar conformado: ¿de qué malas actuaciones se lo va a juzgar? Además el mismo CPCCS denuncia que todavía no tiene presupuesto para funcionar, que sus empleados están impagos, y que se está acosando a las familias de los 4 miembros señalados. En la Asamblea legislativa, se los acusa de violaciones de procedimientos en su elección cuando se candidatizaron para el CPCCS: ¡oh curiosidad! porque quienes reconocieron la validez de sus candidaturas son los mismos del famoso Consejo Transitorio de Participación Ciudadana y Control Social. Todo eso denota la malicia de tales persecuciones… Los Asambleístas, las mayores autoridades del gobierno y los poderosos del país no quieren un ente estatal -como lo es el quinto poder del Estado- que no esté aupando todos sus atropellos a las leyes, a los ecuatorianos y a sus propias funciones. Es también actualmente el único espacio gubernamental capaz de defender a los ciudadanos.
El descontento es grande también por la sumisión incondicional del gobierno a las imposiciones del FMI (Fondo Monetario Internacional) que saquea las finanzas estatales a favor de los mismos poderosos de la banca, importadores y exportadores, pelucones de siempre, a costa del empobrecimiento de la mayoría de los ecuatorianos. Hay que notar que todavía faltan muchos otros compromisos que cumplir con el FMI: privatizaciones, aumento del IVA, despedidos, derogación de leyes sobre la fuga de divisas, restricciones de las ayudas sociales, aumento del gas y de los combustibles, y un largo etcétera que provoca un decrecimiento nacional preocupante cuando hace 2 años el crecimiento económico iba creciendo aunque sea de a poco…
Con las manifestaciones, tal como lo comunican pancartas y proclamas, se puede notar que la mayoría de los ecuatorianos estamos hartos de las violaciones repetidas a las leyes y la misma Constitución, hartos de un gobierno en manos de los que rechazamos en las pasadas elecciones presidenciales y legislativas, hartos de los juicio y apresamiento sin pruebas convincentes como es el caso de Jorge Glas, hartos de los incumplimientos de las entidades fiscalizadoras con las denuncias comprobadas de dineros llevados a los paraísos fiscales que suman más de 30’000 millones de dólares, o sea, ¡una suma igual al presupuesto del Estado! Sí, estamos hartos de traiciones y atropellos.