Editorial / El imperialismo pone la mirada en Cuba
Cuba vivió días de tensión a causa de algunas protestas antigubernamentales que comenzaron el pasado 11 de julio. La poca presencia en las calles no impidió que las manifestaciones fueran entusiásticamente difundidas por las grandes corporaciones mediáticas. Un aspecto novedoso fue la utilización, y descarada manipulación, de los algoritmos de las redes sociales para ampliar exponencialmente la magnitud del movimiento que se definía alrededor de los eslóganes “Patria y Vida” y “SOS Cuba”.
Las movilizaciones ocurrieron además en un momento donde aumentan significativamente los casos de Covid-19 en la isla, tratando de generar descontento aunque Cuba sea el país que mejor ha lidiado con la pandemia en la región, además de haber desarrollado sus propias vacunas.
La respuesta del gobierno cubano y del Partido Comunista fue firme e decisiva. De inmediato convocaron a movilizaciones, una demostración de fuerza para dejar claro que la estrategia de golpe blando o revolución de color sería derrotada en las calles.
Sin embargo, calmada la situación, hay que sacar conclusiones de lo que fue el primer intento serio de un movimiento de protesta contra el gobierno cubano en más de 20 años.
El presidente Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro llamaron a la unidad del pueblo y denunciaron que Cuba está «bajo el fuego sofisticado de una ciberguerra». Por su parte, el canciller Bruno Rodríguez atribuyó estas protestas a «una campaña de difamación» del imperialismo norteamericano, que «aprovecha la situación de crisis socioeconómica” para movilizar a las personas, con fines políticos, mediante «la mentira y manipulación de datos.”
La participación directa de EE.UU. en todo lo que sean intentos desestabilizadores contra Cuba nunca está escondida. La campaña “Patria y Vida” (el contrapeso liberal al famoso “¡Patria o muerte, venceremos!) es una operación mediática que ya llevaba varios meses con el apoyo y financiamiento directo de agencias estadounidenses como la USAID.
En el terreno, quedó claro que la oposición cubana tiene una capacidad mucho más grande de movilización en la Florida que en la isla. Algunos intentos de generar violencia en las calles (el modelo venezolano) tuvieron poco éxito. Al final el saldo fue la muerte de un manifestante que intentó asaltar una estación de policía.
Asimismo, los tribunales municipales recibieron 19 denuncias por actos delictivos en estas manifestaciones, que involucran a 59 personas. «Se están cumpliendo en Cuba todas las garantías legales y procesales para los detenidos», aclaró el canciller.
No obstante, la detención de manifestantes por atentados contra el orden público fue la excusa que esperaba Washington para atacar el gobierno de Díaz-Canel. El gobierno de EE.UU. impuso sanciones contra altos funcionarios cubanos por supuestos «abusos contra manifestantes».
Estas medidas, según el mandatario estadounidense, Joe Biden, son «solo el comienzo». La próxima jugada de EE.UU. parece enfocarse en “revisar la política de remesas”, buscando por esa vía apretar aún más el bloqueo quitando una importante fuente de ingresos para muchas familias cubanas en la esperanza que eso aumente la “presión” y las posibilidades del tan anhelado cambio de régimen.
Olvidadas las promesas de campaña, la verdad es que la administración Biden no sólo no ha cambiado nada en la política de Trump hacia Cuba (por ejemplo la absurda designación como “patrocinador de terrorismo”) sino que ha empezado a sumar más medidas al bloqueo genocida, condenado anualmente por casi unanimidad en la ONU.
La agresión económica abierta y constante se combina con el “poder blando” que busca socavar la legitimidad de la revolución a través de grupos con fachada de izquierda como el Movimiento San Isidro. La posibilidad de un regreso a la modesta apertura de la administración Obama, que admitió que lo hizo para buscar formas mejores de tumbar el gobierno cubano, parece un espejismo cada vez más distante.
Con el imperio del norte no hay conciliación o convivencia posible. Una experiencia audaz de construcción de una sociedad justa a tan solo 90 millas es una “provocación” que nunca será tolerada por una élite que de tanto vender el “excepcionalismo norteamericano” empezó a creerlo.
La Revolución Cubana tendrá que recurrir a la militancia (en el mejor sentido de la palabra) de sus cuadros y a la experiencia de décadas resistiendo contra todo el tipo de agresiones. Pero al mismo tiempo debe tener la valentía de dar lo que Fidel Castro llamó “la batalla de ideas”. A pesar de toda la manipulación, hay causas materiales reales para descontento, y es necesario dar un nuevo aliento a los que se agotan y se quieren rendir. Las únicas dos opciones son, verdaderamente, patria o muerte.
Breves
México / AMLO propone desplazar a la OEA
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propuso «construir algo semejante a la Unión Europea», pero «apegado» a la historia, realidad e identidad de los países de América Latina para así sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA).
«No debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y de democracia», señaló AMLO.
La propuesta recibió el apoyo inmediato de Venezuela y Bolivia, así como el profundo rechazo de Colombia.
Brasil / Nuevo cambio ministerial
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, nombró al senador Ciro Nogueira como nuevo ministro de la Presidencia del Gobierno, como parte de una pequeña reforma ministerial que busca fortalecerlo políticamente.
Nogueira es presidente del derechista Partido Progresista (PP) y miembro del denominado «centrão», un influyente grupo de partidos conservadores del Congreso, que son ampliamente conocidos por negociar su apoyo al gobierno de turno a cambio de cargos.
Esta movida surge después que casi 500 ciudades de Brasil y de todo el mundo protestaran contra Bolsonaro por su gestión de la pandemia, la corrupción y la negligencia.
Venezuela / Repudio a acusaciones de Colombia
El presidente de Colombia, Iván Duque, le solicitó al Gobierno de los EE.UU. que declare a Venezuela como «un país promotor del terrorismo» por supuestamente proteger a grupos al margen de la ley.
Tras esto, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, repudió el “cinismo” de Colombia y recordó que Duque «está al frente de un narcogobierno exportador de drogas y violencia».
De acuerdo con la autoridad venezolana, Colombia posee “una fábrica de terroristas en el poder que ha liquidado la opción de la paz interna y envía mercenarios para generar violencia y asesinar presidentes en la región”.
Haití / Martine Moïse acusa “oligarcas”
Martine Moïse dijo que “oligarcas haitianos” estarían por detrás del asesinato de su esposo, el presidente Jovenel Moïse. Martine fue gravemente herida en el atentado del 7 de julio pero logró recuperar.
Martine confirmó que el grupo que invadió su residencia se comunicaba en español. Un grupo de mercenarios, 18 de ellos colombianos, fue detenido en las horas que siguieron al atentado. El abogado de los mercenarios colombianos afirmó que sus clientes “fueron engañados”.
Mientras tanto, la policía haitiana emitió un mandato de captura contra Wendelle Coq-Thelot, una ex-jueza del tribunal supremo acusada de tener nexos al grupo mercenario.
Guatemala / Paro general contra el presidente
Miles de guatemaltecos tomaron las calles en 22 departamentos del país en un paro general el pasado 29 de julio.
Los manifestantes exigieron la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y de la fiscal general Consuelo Porras. Una de las principales motivaciones fue la reciente dimisión del fiscal Juan Francisco Sandoval, quien llevaba una investigación anti-corrupción que supuestamente implicaba a varias altas figuras del círculo gobernante.
Las diferentes organizaciones sociales, indígenas, campesinas y estudiantiles exigieron también mejores políticas públicas para enfrentar la pandemia. Giammattei fue electo en junio de 2019 para un mandato de 4 años.
Entrevista
Perú / Francesca Emanuele: Castillo deberá luchar contra las vacancias presidenciales, los medios de comunicación y los oligopolios
Pedro Castillo asumió la Presidencia de Perú tras ser proclamado en el cargo por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), después de un largo y ajustado escrutinio para confirmar su triunfo en el balotaje del 6 de junio. Francesca Emanuele, socióloga y periodista peruana, nos ayuda a analizar todos los pormenores de estas conflictivas semanas.
Pasaron más de 40 días entre la segunda vuelta y la declaración oficial de los resultados ¿A qué se debió este lapso?
La razón de este retraso que trajo incertidumbre y desestabilización fue que la contrincante Keiko Fujimori se negó a aceptar su derrota y utilizó una serie de artimañas legales para dilatar la proclamación, aunque su objetivo principal fue revertir los resultados. Para eso congregó a decenas de abogados de los estudios má poderosos de Lima y presentó ante el JNE solicitudes para anular alrededor de 200 mil votos sobre la base de que eran fraudulentos, pero nunca presentó evidencias de este supuesto fraude. Al contrario, todos los observadores electorales tanto la OEA como la Unión Europea describieron a estas elecciones como limpias y transparentes.
Un dato importante es que cada una de las solicitudes cuesta alrededor de 300 dólares y es también por eso que esta maniobra es sumamente inusual porque cuesta mucho dinero. Por otro lado, este intento de eliminar votos tuvo un carácter racista y discriminatorio pues eran votos de comunidades indígenas y de las zonas más empobrecidas del Perú. El mensaje que dio Keiko es que fueron los más pobres los que produjeron el fraude y sus votos no debían ser contados. Todo esto se apoyó en un constante amedrentamiento de las autoridades electorales.
En paralelo, cientos de militares y marinos jubilados enviaron una carta al comandante de las Fuerzas Armadas del Perú amenazando con desconocer los resultados si Castillo era proclamado. Afortunadamente el presidente Francisco Sagasti salió públicamente a condenar esta amenaza y pedir una investigación exhaustiva de los responsables. La teoría del fujimorismo y aliados era que si la proclamación se dilataba hasta después del 28 de julio, el presidente del Congreso tendría que asumir y llamar a nuevas elecciones de acuerdo con una interpretación de la Constitución peruana que también es insólita porque nunca ha sucedido una situación así en Perú. La última intentona fue el 19 de julio cuando un grupo de manifestantes pro Keiko intentó ingresar al Palacio de Gobierno para forzar el derrocamiento del presidente Sagasti para tras el golpe llamar a elecciones. Eel grupo no fue lo suficientemente numeroso para alcanzar su objetivo sin embargo dos vehículos con dos ministros adentro fueron acorralados y zarandeados hasta que llegó la policía y dispersó a los manifestantes.
Keiko hizo todo lo que pudo para doblegar la voluntad popular, ella sabe que su derrota implica que las investigaciones por corrupción y lavado de dinero en su contra van a continuar. De hecho ya la Fiscalía ha pedido una sentencia de 30 años de cárcel solo para ella.
Pedro Castillo asumirá la presidencia en un contexto político y económico muy complejo. ¿Cuáles son los primeros obstáculos que le tocará enfrentar?
Castillo llega a la presidencia aupado o encumbrado por los deseos de cambio de su pueblo pero encorsetado en un país estructural, política e históricamente capturado por fuerzas enemigas de esos aires de transformación.
Sumado a esto, el país se encuentra en una de las peores crisis sanitarias de su historia con el número más alto de muertes per cápita por Covid-19 en todo el mundo y obviamente una crisis económica que ha dejado a millones de peruanos desempleados. Por un lado, Castillo carece de mayoría parlamentaria, su partido y aliados podrían eventualmente tener casi 50 congresistas de 130 en el Congreso. Como tal, tendrá que buscar otras alianzas para poder gobernar en un congreso que hoy por hoy es mayoritariamente de derecha.
Uno de los riesgos principales es que pueda ser depuesto por lo que se conoce en el Perú como una “vacancia presidencial”, es decir, un juicio político en el cual el Congreso con 87 votos podría sacarlo de la presidencia. Es una maniobra que se ha vuelto habitual en el país, de hecho así fue como Keiko y sus aliados depusieron al presidente Martín Vizcarra en el 2020 para bloquear una campaña anticorrupción que obviamente iba contra sus intereses. El otro gran obstáculo son los medios de comunicación concentrados en pocas manos, abiertamente de derecha y profundamente difamatorios. El 78% de la prensa escrita, es decir, 20 periódicos y revistas, pertenecen solo a una empresa que se llama El Comercio, ellos también son dueños del canal más visto del país y del único dedicado exclusivamente a noticias.
También están los oligopolios que controlan el país. Por ejemplo, la empresa Gloria que maneja la mayoría de los lácteos, el grupo Intercorp que tiene el 80% de todas las farmacias, la empresa Backus con 99% de las cervezas o la empresa Alicorp que concentra la importación de productos de primera necesidad. Todas ellas se van a oponer a Castillo mediante una guerra de precios apenas él busque aprobar medidas antimonopolios para hacer el mercado más competitivo y los productos más accesibles al bolsillo de la gente. Durante esta inestabilidad política de 43 días ya hemos visto una guerra de precios.
Washington no respaldó las acusaciones de “fraude” de Fujimori, sin embargo se ha opuesto implacablemente a cualquier avance progresista en la región. ¿Qué podemos esperar de EEUU face a las políticas que busca implementar Pedro Castillo?
No conozco ningún gobierno de izquierda en Latinoamérica y el Caribe que EEUU no haya intentado socavar, desestabilizar o directamente derrocar. Entonces pienso que el nuevo presidente peruano no se debe confiar, debe revisar la historia reciente de los países vecinos y avanzar hacia una integración regional apostando por la revitalización de la UNASUR para poder sobrevivir a los ataques que vengan.
También debe retirar de su Cancillería a cónsules y embajadores fujimoristas de derecha, quienes durante esta campaña de desestabilización han mostrado un favoritismo descarado por Keiko. Castillo debe reestructurar toda su Cancillería para que esta responda a sus intereses y para que estos representantes no lo traicionen en confabulación con EE.UU. o con las derechas latinoamericanas que suscribieron esta matriz falsa de fraude.
En estos momentos, EE.UU. tiene distintos caminos para debilitar al gobierno de Castillo: puede darle su apoyo directo o económico a grupos de derecha que tienen una sed insaciable de golpismo pero también usar narrativas deslegitimadoras a través de comunicados del Departamento de Estado o la OEA desprestigiando las medidas del gobierno. Y siempre puede ir más lejos y utilizar su nueva herramienta favorita: las sanciones. Nada se puede descartar.
Venas abiertas / Asalto al Cuartel Moncada
El 26 de julio de 1953, Fidel Castro y un grupo de jóvenes revolucionarios intentaron un audaz asalto al Cuartel Moncada para iniciar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba.
La operación no tuvo éxito, algunos miembros fueron ejecutados, Fidel y otros detenidos. En su juicio, el futuro líder de la Revolución pronunció su histórico discurso “La Historia me absolverá”.
Apesar del fracaso inicial, la operación pero sería el punto de partida de la lucha que culminaría con el triunfo de la Revolución Cubana. Aprovechando una amnistía, los revolucionarios se reorganizaron en México. A finales de 1956 empezaron la guerrilla en la Sierra Maestra, y el 1 de enero de 1959 triunfaron sobre la dictadura apoyada por EEUU.
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Fuente: Investig’Action