Editorial / Batallas y elecciones
El continente latinoamericano enfrenta un 2023 lleno de desafíos e incertidumbre.
Los peligros se anunciaron de forma casi inmediata. El 8 de enero, una turba fascista apoyante del ex-presidente Jair Bolsonaro invadió y destruyó varios edificios gubernamentales en la capital de Brasil.
Si la rabia de la extrema derecha y su falsa creencia de que Lula ganó con “fraude” no son sorpresas, lo que sí sería motivo de preocupación fue la connivencia de los cuerpos de seguridad.
Al final, la cúpula militar brasileña entendió que un golpe de Estado sería contraproducente, pero el episodio fue un nuevo aviso sobre la necesidad de reformar e intervenir en las fuerzas armadas. El golpe de 2019 en Bolivia es un ejemplo reciente de como el ejército no es un agente neutral que funciona como grante de la institucionalidad. Y en Brasil la situación es más peligrosa aún debido a la fuerte herencia de la dictadura militar (1964-1984) en las fuerzas armadas.
La extrema-derecha es solamente uno de los obstáculos que enfrenta Lula en su regreso a la presidencia. Aunque en estos días todos se pronuncien en defensa de la democracia, muy pronto habrá fuerte oposición, liderada por la burguesía y su prensa, contra los planes de implementar políticas sociales en beneficio de las mayorías.
Lula se enfrenta a un país lleno de pobreza y desigualdad con un contexto económico complejo. Buscará navegar ese campo minado con equilibrios y alianzas que ha establecido con ciertos sectores empresariales. Pero más temprano que tarde la confrontación con las élites será inevitable. Lula y el Partido de los Trabajadores necesitan acumular fuerza para no claudicar en su programa.
Los retos en Brasil no son muy disímiles de los de otros países con gobiernos progresistas recién electos. En Colombia, Gustavo Petro ha demostrado habilidad en sus primeros meses de gobierno para mantener al pueblo trabajador y campesino, a las minorías y pueblos indígenas, como sus prioridades. Ha implementado reformas tributarias, redistribución de tierras y otras medidas que han blindado su credibilidad en un contexto muy polarizado.
El contexto es diferente en Chile, donde un programa moderado de Gabriel Boric se volvió cada vez más diluido. Frente a una hostilidad incesante de la derecha y de los medios, la nueva Constitución chilena fue derrotada en un referendo. La izquierda chilena necesita volver a agitar las calles para presionar el gobierno y para no permitir que el horizonte del proceso de cambio que empezó en 2019 se cierre, abriendo paso nuevamente a la derecha.
En Perú, Pedro Castillo abdicó de sus principales promesas pero aún así terminó derrocado en un golpe parlamentario. Sin embargo, su destitución desató una ola de protestas contra las élites peruanas y sus instituciones corruptas. Las calles prendidas abren un horizonte revolucionario, si surge una organización que capitalice el descontento popular en esa dirección.
Otro gobierno progresista que enfrenta un panorama difícil es el argentino. Con elecciones generales pautadas para finales de este año, la posibilidad de una victoria de la derecha es muy grande. El gobierno de Alberto Fernández no ha logrado estabilizar la economía, y a esto se suman las divisiones en el campo peronista y el proceso judicial contra Cristina Fernández.
En el caso de Venezuela, las elecciones presidenciales están previstas para 2024, pero se habla más y más de la posibilidad de que sean anticipadas para 2023. El gobierno de Maduro busca mantener la economía estable y creciendo, un desafío casi imposible bajo las cruentas e ilegales sanciones norteamericanas.
Del otro lado, Washington busca usar su bloqueo para chantajear al gobierno venezolano de forma a forzarlo a dialogar con una oposición tan incompetente como dividida. Y uno de los puntos de negociación será precisamente la fecha electoral.
Por fin, una palabra para Haití. La nación caribeña se encuentra en una crisis política, económica y social que parece no tener fin. Un gobierno autoproclamado busca aferrarse al poder a toda costa, incluso recurriendo a una posible intervención militar extranjera.
El pueblo haitiano se mantiene en las calles, exigiendo la demisión del gobierno, además medidas para combatir la pobreza y la creciente inseguridad. Mientras las potencias extranjeras buscan intervenir para defender sus intereses, la primera nación independente del continente lucha para conquistar su segunda independencia.
Breves
Venezuela / Maduro y Petro evalúan agenda bilateral
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvo una reunión bilateral extraordinaria con su homólogo colombiano, Gustavo Petro, en Caracas. Los dos mandatarios hicieron una evaluación sobre la agenda binacional desde que se retomaron las relaciones diplomáticas.
Tras el encuentro, Caracas reiteró su disposición de apoyar los diálogos de paz entre Bogotá y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en calidad de garante.
También sobre la mesa estuvo la reciente reapertura de la frontera entre los dos países. Los dos presidentes abordaron temas como la regulación y aranceles del comercio bilateral, así como la transferencia de conocimiento y estímulos a la inversión en la región fronteriza.
México / Detenido hijo del Chapo Guzmán
Las autoridades de México recapturaron a Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante ‘El Chapo’ y líder de una facción del poderoso Cártel de Sinaloa.
La Justicia federal dictó prisión preventiva contra el llamado ‘Ratón’ con el objetivo de iniciar el proceso de extradición a EE.UU.
Tanto Ovidio como su hermano Joaquín son requeridos por EE.UU. por conspiración para exportar cocaína, metanfetaminas y marihuana a dicho país. Por cada uno, Washington ofrece cinco millones de dólares de recompensa.
La detención del capo desató una ola de violencia en varios estados del país que se saldó con al menos 29 muertos y decenas de heridos.
Chile / Renuncia ministra de Justicia tras otorgar indultos
La ministra de justicia de Chile, Marcela Ríos, renunció en medio de los cuestionamientos generados por la entrega de indultos a 13 personas que estaban privadas de su libertad.
Entre los indultados se encontraban 12 manifestantes detenidos durante el estallido social de fines de 2019 y Jorge Mateluna, un exguerrillero del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que luchó contra la dictadura de Pinochet (1973-1990) y que estaba detenido desde 2013, acusado de haber robado un banco.
El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció que Ríos fue reemplazada por Luis Cordero Vega. Además, el mandatario aceptó la renuncia de su jefe de Gabinete y mano derecha, Matías Meza-Lopehandía, lo que podría suponer un rediseño de su Gobierno.
Argentina / ‘Swap’ de monedas con China
El presidente del Banco Central argentino, Miguel Pesce, y su homólogo chino, Yi Gang, confirmaron que se ha activado un acuerdo de ‘swap’ de monedas vigente entre ambas instituciones.
El ‘swap’, o canje, comprende el intercambio de monedas como refuerzo de reservas internacionales argentinas por 130.000 millones de yuanes renminbi y una activación especial por 35.000 millones de yuanes renminbi para compensar operaciones del mercado cambiario. (1 yuan equivale a aproximadamente 0,15 dólares norteamericanos)
El acuerdo permitirá por un lado que el Banco Central argentino tenga más capacidad para invertir en el mercado cambiario. Por otro lado, beneficiará también a empresas que participen en comercio bilateral con China.
El Salvador / Gobierno prolonga estado de excepción
El Gobierno de El Salvador prolongó el estado de excepción en zonas focalizadas del país para combatir a las llamadas pandillas durante 45 días más, hasta el próximo 20 de febrero.
La extensión del mandato, que prevé la suspensión de algunos derechos constitucionales en las zonas donde se aplica, incluyó a nuevos municipios, que suman 73 en total de los 298 del país.
La cruzada del presidente Nayib Bukele, bajo una lógica de “mano dura” contra el crimen, ha recibido muchas críticas debido a abusos por parte de los órganos de seguridad y violaciones de derechos humanos. Más de 2% de los adultos del país están encarcelados.
Entrevista
Brasil / Michele de Mello: «La amenaza fascista es real»
Una semana después que Lula tomó posesión como presidente de Brasil, un grupo de apoyantes del ex-presidente Jair Bolsonaro invadió la capital y destruyó edificios gubernamentales. En esta entrevista, hablamos con la periodista Michele de Mello sobre estos ataques, así como sobre los retos que enfrenta Lula en su regreso al gobierno.
El domingo 8 de enero vimos a una turba bolsonarista invadir y destruir edificios gubernamentales en Brasilia. ¿Se trata de una amenaza fascista real o una manifestación de rabia que no tendrá seguimiento? ¿Cómo entender la connivencia de las fuerzas de seguridad en Brasilia?
El mismo presidente ya los ha calificado como actos fascistas y terroristas porque atentan claramente contra la democracia. Es inédito en la historia del país que lleguen a invadir y destruir la sede de los tres poderes, porque la destrucción es total, de computadoras, patrimonio histórico, obras de arte, etc.
Los bolsonaristas lo hicieron con el único fin de exigir una intervención de las Fuerzas Armadas en el país porque están en desacuerdo con la victoria de Lula y su toma de posesión. Estas personas ya estaban concentradas en campamentos enfrente al Cuartel General de Brasilia pero también en Río de Janeiro, desde allí ya habían salido otros actos desestabilizadores. El mismo Ministro de Justicia, Flávio Dino, ya había calificado estos campamentos como ‘incubadoras de terroristas’. El desmantelamiento de los campamentos ya había sido ordenado por Lula, sin embargo, en el caso de Brasilia dependia de la actuación de las Fuerzas Armadas ya que las personas estaban acampando en un territorio bajo tutela militar. Finalmente, tras el asalto, está en desarrollo este desmantelamiento tanto en Brasilia como en otras ciudades.
Se trata de una amenaza real, sin duda. De hecho, en la madrugada hubo otros actos y disturbios en otras zonas del país como Sao Paulo, lo que hace suponer que son acciones programadas que forman parte de un plan desestabilizador a nivel nacional para llevar a cabo un golpe de Estado. En cuanto a las Fuerzas de Seguridad, aunque no todas estén en consonancia con estas pretensiones golpistas, hay un sector importante que apoya a Bolsonaro. Son oficiales conservadores, de extrema derecha, incluso durante las elecciones trabajaron para impedir que las personas salieran a votar en regiones donde el apoyo al Partido de los trabajadores (PT) y Lula es más contundente. Ahora, hay videos y fotografías que muestran a los policías militares de Brasilia tomándose fotos con los golpistas, escoltando a la marcha por la explanada de los ministerios hasta la sede de los tres poderes y luego un operativo policial que no presentó ninguna resistencia a la invasión. Se están iniciando las investigaciones para saber qué nivel de participación o complicidad tuvieron la policía, el gobernador y el ex secretario de seguridad de Brasilia con estos hechos.
Lula regresa a la presidencia de Brasil en un contexto todo menos sencillo. ¿Cuáles serán los desafíos inmediatos del nuevo gobierno, especialmente en materia económica? ¿Habrá un período de «tregua» al principio con los sectores empresariales, o la confrontación es inminente?
Lula ya tiene una serie de acciones en sus primeros días de mandato y tienen que ver sobre todo con el tema económico ya que Brasil enfrenta una crisis muy profunda. No solo por el impacto de la pandemia y la guerra en Ucrania, sino por la mala gestión y la corrupción de la gestión de Bolsonaro. En materia económica, ya Lula anunció que logró mantener por fuera del techo de gastos públicos algunos de los programas sociales que se van a mantener fijos como parte de su política social, por ejemplo la llamada Bolsa Famila que es un auxilio de aproximadamente 100 dólares mensuales para las familias más vulnerables. Además, se mantendrá el subsidio a los combustibles por 60 días más. Ahora, creo que muchos de los planes se ralentizarán un poco, para contener estos intentos desestabilizadores y golpistas y también reestructurar los daños de este fin de semana.
Yo no creo que habrá un periodo de tregua con los sectores empresariales porque incluso estas primeras decisiones ya generaron rechazo por parte de estos grupos, especialmente los vinculados al mercado financiero quienes manifestaron que no tienen “confianza” en estas medidas. No obstante, lo que ha pasado ayer fue un divisor de agua. Creo que viviremos algunas semanas en los cuales todos los sectores que mínimamente defienden la democracia se unificarán en contra del extremismo pero luego habrá mucha resistencia en el Congreso. Recordemos que hay de mayorías de derecha tanto en la Cámara como en el Senado.
Durante la campaña Lula habló de la integración latinoamericana, que históricamente ha tenido un gran impulso desde Brasilia. ¿Hay planes concretos en el horizonte o estamos hablando (por ahora) de simplemente asumir posiciones políticas como bloque, por ejemplo en contra de la interferencia de EE.UU. en la región?
Quisiera destacar que tanto el canciller Mauro Vieira como el Ministro de Economía, Fernando Haddad, han hablado de fortalecer las relaciones con Latinoamérica como una vía para el desarrollo económico sostenible de Brasil. Por eso, Brasil va a regresar a la UNASUR, a la CELAC, y tendrá nuevamente una mirada atenta para la cooperación Sur-Sur, incluyendo el MERCOSUR. De hecho, una de las propuestas de Haddad para incentivar el comercio regional es una moneda de intercambio llamada SUR, algo similar a la propuesta del ALBA-TCP con el Sucre, pero en este caso se trataría de una moneda digital para acelerar el comercio.
Tanto Lula como Vieira, que ya fue canciller durante el segundo mandato de Dilma Rousseff, dijeron que quieren retomar la política de una diplomacia altiva y activa, una postura que busca la autonomía en relación a los intereses y la injerencia de EE.UU. pero no necesariamente va a buscar confrontar a EE.UU.. Se busca una buena convivencia así como lo hizo Lula y el PT en sus dos primeros gobiernos. Sin embargo, se va a priorizar la relación los países de la región y China que es el principal socio de Brasil, también con los BRICS. Creo que incluso después del asalto a la sede los tres poderes, guiándonos por las declaraciones del Secretario de Estado de los EE.UU. y del presidente Joe Biden, el interés de Lula será de cooperar con Norteamérica para desarmar estas plataformas de articulación de la extrema derecha en EE.UU. y Brasil. Su postura será de buscar algún nivel de alianza con los demócratas norteamericanos contra el extremismo.
Venas abiertas / Insurrección campesina
En 1932, miles de campesinos protagonizaron una insurrección que marcó la historia de El Salvador.
El líder del movimiento, donde se encontraba el Partido Comunista de El Salvador, era Farabundo Martí. La población rural empobrecida luchaba contra el despojo de tierras, la explotación y la desigualdad social en la nación centroamericana, mayoritariamente en el occidente del país.
En respuesta, la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, que había asumido el poder tras un golpe de Estado, desató una represión feroz. Líderes como Martí fueron ejecutados, y las comunidades Nahua fueron prácticamente exterminadas. Pero la revolta inspiraría otras luchas en el continente.
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Fuente: Investig’Action