Guillaume Long: «La UNASUR es un mecanismo multidimensional e integral»

El presidente brasileño Lula da Silva convocó a los presidentes suramericanos a una cumbre extraordinaria en Brasilia el 30 de mayo. El encuentro fue muy significativo en el marco del reimpulso de la integración suramericana. En esta entrevista hablamos con Guillaume Long, ex-canciller de Ecuador y actual investigador del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) sobre las perspectivas para la región, y en especial sobre la UNASUR.

 

A finales de mayo tuvo lugar una cumbre de los presidentes suramericanos convocada por Lula da Silva. ¿Qué significó este evento?

La Cumbre de Brasilia del 30 de mayo del 2023 fue muy importante porque fue la primera de este tipo en 9 años. No hay que perder de vista que estas cumbre suramericanas nacen en el año 2000 y suceden con bastante regularidad. Luego del 2007 empiezan a hacerse anuales y en 2008 se da la firma del tratado constitutivo de la UNASUR, y hasta el 2011 fueron varias cumbres por año especialmente tomando en cuentas las extraordinarias.

Sin embargo, después hubo 9 años sin ninguna cumbre presidencial que incluyese a todos los jefes de Estado de Suramérica. Al contrario, se impulsaron otras instituciones como PROSUR, que no contaban con la participación de todos, o el Grupo de Lima que tuvo como principal misión aislar a Venezuela. Esto a mi juicio devela el nivel del desmoronamiento de la integración suramericana e incluso latinoamericana de los últimos años.

¿Cuáles fueron las razones detrás de estos retrocesos en la integración regional?

Desde 2015-2016 surge una ola de gobiernos de derecha firmemente opuesta a la integración. Recordemos que la centro derecha de Fernando Cardoso organizó la primera cumbre del año 2000 y esa centro-derecha brasilera tenía un proyecto integracionista suramericano fuerte, creía en el regionalismo como uno de sus intereses geopolíticos.

En cambio la derecha radical o extrema derecha que llegó después buscó destruir la integración y uno de sus aspectos más simbólicos fue precisamente el fin de las cumbres presidenciales que son, además, el momento más visible de esta integración. Pero detrás de eso se esconden muchos más daños institucionales como el fin de los consejos sectoriales de la UNASUR que eran a nivel ministerial y contaban con una agenda técnica precisa, la destrucción de iniciativas en materia de salud, defensa e infraestructura, entre otras consecuencias. Por eso es importante que se haya retomado el encuentro con la cumbre reciente.

¿Qué puntos destacarías del «Consenso de Brasilia» que suscribieron los mandatarios? 

Del “Consenso de Brasilia”, aunque tuvo un lenguaje muy general, destacaría que es una declaración consensuada, es decir, con la firma de los 12, sin exclusiones. Creo que Brasil pudo forzar un poco más el lenguaje pero habrían perdido uno que otro país. Recordemos que, por ejemplo, había mucha resistencia desde el presidente Lacalle de Uruguay, quien habia sido el autor de la salida de su país de la UNASUR.

Entonces los brasileros haciendo uso de su tradicional diplomacia buscaron más bien una primera reunión no marcada por incidentes sino por el consenso aunque eso implicase una declaración que no entra en muchos detalles pero habla de dos puntos vitales: integración suramericana y pasos por venir, nuevas reuniones de cancilleres que deben dar una hoja de ruta mucho más precisa incluyendo que entes estarán a cargo de este proceso y sabemos que los brasileros van a exigir que sea la UNASUR.

En los últimos meses Argentina, Brasil y más recientemente Colombia anunciaron su regreso a UNASUR. ¿Hay buenas perspectivas de un relanzamiento del organismo en este momento?

En el caso de Brasil y Argentina, más que un anuncio, es un regreso ya efectivizado, lo que significa que la UNASUR en este momento tiene 7 miembros. Fue bastante fácil para que Lula y Fernández volviesen a la UNASUR porque las denuncias contra el organismo por parte de sus predecesores Bolsonaro y Macri fueron inconstitucionales, irregulares. Fueron mediante una medida ejecutiva en el caso de Bolsonaro y una comunicación en el caso de Macri, y las constituciones de ambos países especifican que la renuncia a un tratado internacional requiere la aprobación del Congreso, lo cual nunca existió.

En el caso de Colombia, el presidente Gustavo Petro anunció su deseo de volver, lo que sería muy importante. Colombia es vital en muchos aspectos, incluyendo su tamaño, población, rol político, PIB, etc. En el caso de Chile, Gabriel Boric expresó en el pasado que estaría de acuerdo con retornar, dio declaraciones bastante explícitas en ese sentido, pero luego no se volvió a hablar del asunto.

Yo creo que el peso gravitatorio que significa la vuelta de Brasil y Argentina terminará por convencer a los 5 países que faltan que vuelvan. Además, el tratado de la UNASUR tiene  plena vigencia jurídica, nunca dejó de tenerla. Aunque no haya actividades en términos políticos, en lo legal aun existe y los 7 países miembros, si quisieran, podrían reunirse mañana mismo y elegir un secretario general y relanzar el organismo y las instituciones, no tienen que estar los 12 países iniciales para hacerlo.

Pero, además, yo me atrevo a decir que Brasil seguramente ya está haciendo un esfuerzo para convencer a los que faltan o mandar una señal de que la UNASUR va porque va, con 7, 8 o 12. Al final es poco probable que países como Uruguay o Paraguay se auto aíslen si el proyecto vuelve a cobrar importancia. Además, todavía hay que ver qué pasa en Ecuador que tiene elecciones en agosto.

Tú has argumentado en varias ocasiones que UNASUR es el mecanismo de integración más completo para la región. ¿Cuáles son sus principales ventajas? ¿Y qué habría que cambiar para que no sea tan fácilmente inmovilizado?

La principal ventaja de la UNASUR es precisamente que tiene un tratado. La CELAC lastimosamente no lo tiene. Esto permite tener una organización que funcione siempre, que no dependa solamente de las presidencia pro tempore de los países y de los servidores públicos de cada nación. Es decir, permite una burocracia a tiempo completo y con experticia y nivel técnico, que debería garantizar cierto nivel de estabilidad porque es vinculante, un compromiso del Estado, no solo del gobierno de turno.

Además, el tratado de la UNASUR establece un deber ser absolutamente multidimensional e integral, no existe ningún otro organismo latinoamericano con tanta diversidad, con una misión y objetivos tan bien establecidos. En ese sentido la UNASUR se parece a la Unión Europea, pero además no es solo un acuerdo comercial, sino que lo incluye absolutamente todo: infraestructura, salud, economía, medioambiente, política pública, un régimen de gobernanza regional que aplica para todos y con muchos fines y propósitos.

Sobre lo que habría que cambiar, una prioridad es la regla del consenso que es un verdadero problema. Es decir, se pide consenso para todos los procesos de  toma de decisión, lo que esencialmente en la práctica otorga un veto a cada uno de los miembros porque cualquiera que se oponga bloquea la decisión y lo hemos vivido. Muchos abusaron de la regla del consenso al principio y otros, muy diferentes, al final. Por ejemplo, si no nos podemos poner de acuerdo para un nuevo secretario o secretaria general, y eso ha pasado, se paraliza la organización, la institucionalidad. Muchas otras organizaciones no requieren consenso para esto, ni siquiera la OEA donde el secretario general es electo por mayoría de votos y punto, porque hay cosas que ameritan ser agilizadas.

El consenso no aplica para todo, debería quedar solo para algunas decisiones. Debería haber una jerarquía en cuanto a las decisiones y la necesidad de consenso o no, porque sino se seguirá paralizando la organización. O entonces algunos se aprovecharán de eso porque algunas potencias extrarregionales pueden intervenir mediante un solo actor y llegar a jugar un rol nefasto que bloquee decisiones y el rol de la organización.

Uno de los puntos que ha generado más interés es la idea de una moneda propia para el comercio regional. ¿Qué beneficios traería? ¿Crees que es algo factible en el corto-mediano plazo?

Lo de la moneda regional es muy importante decir que es una moneda común, no es una moneda única. La idea que se ha planteado, sobre todo desde Brasil y su Ministro de Hacienda, Fernando Haddad, quien ha sido uno de los que más defiende esta iniciativa, es una moneda regional común que no viene reemplazar ninguna de las monedas existentes sino que es básicamente para compensar el intercambio de bienes entre los diferentes países de la región. Podríamos decira que es una moneda contable para evitar el costoso uso de monedas extra regionales en el comercio intrarregional. Básicamente evitar el uso del dólar que es costosísimo, no tiene ningún sentido, fortalece la hegemonía del dólar y también de las sanciones y las medidas unilaterales de EE.UU., cuando nosotros en América del SUR podríamos estar comercializando en otras monedas.

Además podría ser un factor de estabilización macroeconómica al ser usado como una moneda de reserva que ayude también a paliar algunos problemas monetarios macroeconómicos tipo fenómenos de devaluación o inflación sin tener necesariamente que dolarizar nuestras economías que generalmente es lo que sucede.

Esto no es algo que podríamos lograr de la noche  a la mañana, pero tener una moneda regional fuerte abriría nuevas posibilidades, porque además ninguna de las monedas latinoamericanas, ni siquiera el real brasileño que es la de mayor capacidad internacional, es de las grandes canastas de monedas que se manejan. Por ejemplo en el FMI los derechos especiales de giro, son una canasta de monedas pero que incluyen el dólar, el yuan, el euro, la libra esterlina, el yen, pero no incluyen ninguna moneda latinoamericana. Para estar en canastas globales vamos a necesitar una moneda regional. Igual si queremos implementar credit swaps con la Reserva Federal de Estados Unidos. Es algo altamente deseable, necesario, pero que se tiene que construir poco a poco y obviamente muchos siembran el miedo.

 

Fuente: Investig’Action

Las opiniones expresadas en los artículos publicados en el sitio Investig’Action son responsabilidad exclusiva de su(s) autor(es). Los artículos publicados por Investig’Action y cuya fuente se indique como «Investig’Action» pueden reproducirse mencionando la fuente con un enlace de hipertexto al sitio original. Tenga en cuenta, no obstante, que las fotos que no lleven la mención CC (creative commons) no están libres de derechos de autor.


¿Le ha gustado este artículo?

La información independiente tiene un precio.
¡Ayúdenos a seguir luchando!

¿Por qué hacer una donación?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Quiénes somos?

Quienes explotan a los trabajadores y se benefician de las guerras también financian a los grandes medios de comunicación. Por eso, desde 2004, Investig’Action participa en la batalla informativa por un mundo en paz y un reparto justo de la riqueza.

Desde 2004, INVESTIG’ACTION / Comprender el mundo para cambiarlo